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lunes, 26 de septiembre de 2011

Estúpidamente Feliz.

Era otra noche de verano que dormía contigo. Me levante a media noche y allí estabas tu abrazándome desnuda, con tu pelo negro sobre tu cara te fui a tocar la cara pero en ese momento te despertarte me diste un beso y me volviste abrazar. En ese momento le di gracias a Dios a la vida al Karma a quien tuvo la genial idea de ponerte en mi vida por haberme dado tanto. En aquella noche de verano en la que dormía en tu cama y me sentía tan estúpidamente feliz.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Teorema del batido de fresa

Algún día digo yo  que la moneda caerá de cara que saldra tijeras y cortes el papel, que no perdamos siempre los mismos o por lo menos tan seguidos. Porque los que sueñan tienen derecho a no vivir pesadillas.  Los que se enamoran para siempre por séptima vez a que no le partan el corazón, a que los besos no se acaben. Los últimos de la tabla tienen derecho a meterle un gol al líder y por lo menos empatar el partido.  A que nos toque aunque sea dos euros en la quínela y que el viento no nos parta el paragua. Que A Kenny no lo maten un día y que la chica guapa de clase se siente a tu lado, porque también tenemos derecho a que un desconocido nos sonría o que un niño nos salude con su manita, porque yo quiero abrir el frigorífico y que la botella de agua no este vacía dentro del frigorífico.  Porque tú como yo, no quieres ganar siempre, ni dejar de llorar cuando te subes en el autobús por no querer no queremos ni que los cubatas estén cargados. Porque mi lengua tiene derecho  a bajar por tu espalda y llegar debajo de tu ombligo.


lunes, 19 de septiembre de 2011

19/09/2011

A veces siento que cada paso que doy me aleja más de ti y me acerca a un destino nuevo.  Sabes y me duele y tengo miedo de  amaneceres nuevo y que no sean contigo de no sentirte o de sentirte lejos. De que todo sean solo recuerdos.
Pero es que no podemos seguir así por lo menos yo, porque me hundo cada día que paso y tengo esa sensación de reventar de que no voy a ningún lado contigo.  No digo que sea tu culpa a lo mejor la culpa es de la gente que te rodea o la que me rodea a mi o quizás no sea culpa de la gente y la culpa sea mía.
Solo sé que esto se me va de las manos y que yo no puedo hacer nada o por lo menos no sé cómo hacerlo porque lo intento una y mil veces pero la vida el destino o quien coño sea destruye lo acaba destruyendo todo y no me quedan fuerzas. Pero sabes que me gustaría escucharte que estaría encantado de que hicieras un milagro de esos tuyos que solo sabes inventarte tú y me ates a ti otros veintiocho años más.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Linea 6

Entre túneles del metro y una ciudad que te aplasta un día mas vuelves a tu nueva casa en Carabanchel  mientras el recuerdo del sur de España te araña el alma. Es curioso porque te fuiste a Madrid buscando un presente y un futuro, huyendo de todo lo que en el sur del sur no te dejaba seguir adelante. Cuando la línea  6 llega a plaza elíptica te bajas y prefieres seguir andando un buen rato hasta llegar a la plaza de Setúbal aunque una parada te deje prácticamente al lado.  Pero necesitas salir de aquel hormiguero que es el metro de Madrid.  Es curioso pero siempre acabas llorando en  el metro entre túneles que van de una parada a otra. En el fondo piensas que tu vida es como un tren de metro. Entre túneles oscuros vas de una estacion otra se sube gente y se baja gente. Gente que al bajarse mira atrás otras que se bajan de tu vida y del metro sin mirar atrás como si solo fueras un tren más.  Pero bueno volvamos a la superficie mientras continuas andando por Carabanchel te vas concienciando que es lo mejor que pudiste hacer irte a Madrid porque en el sur lo único que hacías era ponerle sellos a la cartilla del paro.  Pero por una extraña razón echas de menos a tu tierra y a tu gente. Por el  whatsapp te llega un mensaje de tus amigos que están por la catedral tomando una cerveza que te echan de menos.  Otra lagrima se te vuelve a escapar y te duele la garganta de tanto llorar. Llegas a casa y llamas a tu madre para contarle como te ha ido el dia.Mientra te hace mil y una pregunta sobre aquella ciudad las mismas que tú le hacias a  José cuando te daba miedo irte a Madrid y como las que tiene todo el mundo cuando va ha Madrid . Cuelgas y vuelves a llorar bajo el cielo de Madrid lloras porque echas de menos aquello pero también lloras porque aquel niño miedoso que le daba miedo salir por el barrio solo, un días mas se enfrento solo sin ayuda de nadie a la vida y por eso un dia dejaste atrás tus sueños para tener sueños nuevos aunque a veces eches de menos ese sur infinito que se reinventa cada tarde en una plaza cualquiera.

domingo, 11 de septiembre de 2011

No recuerdo el sábado exacto que te conocí en Tejares

No recuerdo el sábado exacto que te conocí en Tejares. Lo que sé es que a la segunda o tercera vez eras de esas personas  que parece que conoces de siempre.  Esos sábados tú me dejabas los guantes de portero y así como con un balón de por medio nos fuimos haciendo amigos. Sé que en esta noche que todo vuelve a ser una puta mierda tendría que hablar de recuerdos de sueños que se parten. Y si te digo la verdad empezado a escribir de eso pero no sé cómo ni porque estoy escribiendo de ti.   En este año las cosas no han sido de color de rosa para mi, para ti tampoco es que haya sido una maravilla del todo.  Pero bueno solo quería  darte las gracias por estar hay como un defensa delante de mi portería cuando la vida me ha intentado o me ha marcado un gol. Porque sin ti me hubieran metido muchos más goles.  Tanto los sábados como la vida en el día tras día. Porque sé que si hubiera que ir que matar al enemigo tu estarías en la primera línea de combate. Porque siempre me contesta a los mensajes y porque sé que tú crees en mi como muy poco lo hacen por eso y por mucho mas. En esta noche donde todo duele demasiado sé que tus estas delante de mí defendiendo mi portería y eso me hace estar un poco más tranquilo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

IV DOLOR



Cuando la persona que quieres te es infiel, es como si te hicieran un agujero en el alma como si estuvieras marcado con un tatuaje de por vida. Por mucha arena que eches en ese agujero nunca se acaba llenando porque la arena se filtra o por mucho maquillaje que le eches a ese tatuaje tarde o temprano volverá a salir o tu sabes que eso esta hay por mucho que tu no quieras. Es difícil convivir con eso cuando se ha querido de verdad a alguien cuando la persona que lo es todo para ti.Esa que te hace que no quieras parpadear para no perdértela ni un solo segundo, que cuando se baja de tu coche te sientes lleno y a la vez tan vació porque se ha ido y que incluso cuando duermes a su lado  sigues soñando con ella y te despiertas a mitad de la noche y te sientas en la cama y la ves dormida y le das un beso en la frente o la abrazas mientras duermes. Cuando
  Esa persona te engaña y se va con uno de tus mejores amigos. Ya puede pasar un día o un mes o estar como ahora a punto de pasar un año porque  un día al  abrir la puerta  volverá a choca contra ti el  dolor como una locomotora y te volverá a reventar  tirándose en lo alto tuya atando de pies y manos tu esperanza haciéndote agonizar como si te volvieras acabar de enterar.  Y la agonía se regenera y te entran ganas de buscar cuchillas que se claven en tus venas de pastillas que te lleven muy lejos de aquí. . Mientras mi esperanza yace en el suelo y la soledad me guiña el ojo invitándome a pasar una noche más con ella. Vuelvo a recordar que ya nunca nada en mi vida ser igual que te vuelves desconfiado con todo el mundo que es una cruz y una marca que llevare de por vida, que hay días que la llevare mejor que otros días pero nunca podre soltarla.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Mamá y las tormentas


Cuando eras un mocoso cada vez que había tormenta truenos y rayos, mientras  temblabas por el miedo llamabas a tu Madre lloriqueando.
.- Mamá, mamá tengo miedo.
Y ella venia rápida a tu cuarto y encendía la luz y te abrazaba con fuerza con ese olor que solo tienen las madres y que cuando tienes 5 años eres capaz de oler y tranquilizarte. Venia se sentaba en el borde de la cama y te acariciaba el pelo y te besaba en la frente y te decía.
No llores cielo que aquí esta mamá y no dejara que nunca te pase nada.
Ahora con veintimuchos, muchas noches te despiertas llorando con el mismo miedo aunque las tormentas sean otras. Y entonces  rezas a tu Mickey Mouse  vestido de mago  como en la película fantasía que te mira desde la estantería  que te vuelve a convertir en un niño de cinco años para poder llamar a tu madre y que venga rápido con su olor de madre y te de de otro beso en la frente y te repita eso de.
No llores tesoro que aquí esta mamá y ella nunca dejara que te pase nada.