martes, 19 de julio de 2011
Nazareth
Tu cabeza apoyada sobre tus brazos en la piscina, yo tumbado en el filo de la piscina, Granada al fondo con toda su vega. Mis ojos mirando la inmensidad azul de los tuyos. Mi mano recorriendo tu espalda haciendo círculos sobre ellas, mi boca mordiendo tu muñeca izquierda, mi mano derecha apretando tu mano derecha como si hubieran nacido para estar juntas. Hubo un momento que yo sentí y sé que tú sentiste también que mi corazón y el tuyo latieron a la misma vez por un momento y todo eso mientras me perdía en la inmensidad de tus ojos mientras mi mano navegaba como un barquito en tu espalda con la vega de Granada de testigo mudo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario