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jueves, 23 de diciembre de 2010

Mi condena

Yo sabia que la vida me castigaría por eso con creces; lo sabia una noche se lo dije a uno de mis mejores amigos, porque yo estaba haciendo algo terrible que era meterme en medio de una relación.
De nada vale decir ni contar ni gritar a los cuatro vientos, que yo solo quería ser el pañuelo de sus lagrimas y que entre mis brazos se sintiera segura de sus miedos.
Pero no por esto quiero que sea menor el castigo ni quiero ni siquiera la absolución pido desde mi celda. Es mas te pido que me fustigues con ira hasta dejarme sin lagrimas, que me arañes el alma con un cristal como haces siempre en tus castigos.
Aquí te espero vida de rodilla, esperando a que venga verdugo con la cara tapada y el alma desnuda para que me azotes a quemarropa. Aquí me tienes venga empieza ya atado de pies y mano por si no fue suficiente la condena que ella me hizo cumplir.
Venga empieza ya no repares en nada lléname de veneno la sangre, córtame las alas, llena de oscuridad mis sueños, quítame el escudo, haz que mi vida se vuelva a derrumbar, arrodíllame para humillarme.
Júzgame con la peor de las condenas por ser un vulgar ladrón por robar besos y abrazos, por soñar con ser feliz a su lado.
Castígame te lo pido ensáñate conmigo que no me arrepiento a pesar del castigo.

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