Te conocí en
septiembre del 2010 cuando mi vida estaba apunto derrumbarse. Allá por el puerto de Santa María es curioso
donde mi vida empezó a derrumbarse.
Supongo que la tuya también empezó a derrumbarse allí un día. Pero oye
que no vengo aquí esta noche a hablar de cosas malas, hoy por lo menos no. Quizás
esta entrada te la tendría que haber escrito en enero del año pasado y no
ahora. Cuando te conocí me pareciste una
chica normal en un sitio que no era el suyo.
Antes de seguir quiero pedirte perdón porque te prometí que volvería
para que no te sintieras sola y nunca mas volví, en el fondo siento que te
fallado, te podría poner mil y una escusas. Pero quiero pedirte perdón por ser
uno más de todos aquellos que te fallaron. Hoy por suerte paso el tiempo y eso fue como
un mal sueño que por fin eres libre como lo era tu sonrisa aquella tarde de
septiembre que por muchos muros que hubiera allí era libre como tu ahora. Que
tus ojos de chocolate y esperanza miran al horizonte sin ninguna ventana de por
medio. Sé que a veces estas triste y de bajón que no le encuentras sentido a
nada y que te falta ella. Pero sabes Irina hay que seguir aunque a veces la
vida duela y nos trate como a un muñeco de trapo y nos vuelva a poner a pruebas
y te entren ganas de gritar y de llorar y sientes que nadie te comprende. Pero sabes
hemos llegado hasta aquí ahora no hay muros ni toques de queda ni nada que
demostrar a nadie. Porque somos libres de todo aquello que aquel septiembre nos
hacia esclavos y nos atabas de pies y mano. Quiero que sepas que recuerdes
aquello que te dije aquella tarde de que yo quería ayudarte porque yo creo en
ti, en tu libertad, en que este mundo necesita a Irina Gallardo y a su sonrisa
y a su corazón lleno como el de su madre. Hay tu madre cuanto la echamos de
menos verdad, seguro que allí donde esta se sentirá orgulloso de ti de su
niña de su Irina, cuando dejes de leer
esto quiero que cierre los ojos y respires profundamente y la sientas allí donde
siempre estuvo que es dentro de tu corazón. Un beso Irina ojala que nos
volvamos a ver. Y disfruta de tu libertad y que nada ni nadie te la vuelva
arrebatar.
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