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viernes, 16 de enero de 2009

Buscando vida mientras se destruyen otras

Hoy mientras veía el ABC de atrás en adelante producto del aburrimiento, me hizo gracia una noticia que hablaba sobre la posibilidad de que en Marte hubiera vida. La leí así por encima si prestarle mucha atención es mas creo recordar que no leí ni la noticia entera. Mientras seguía pasando páginas llegue al tema de la franja de Gaza. No se quien tuvo la culpa ni quien fue el primero en empezar ni siquiera se exactamente cual es el problema para que en una parte del mundo se estén matando continuamente, me pareció algo bastante irónico mientras una parte de la humanidad se dedica a buscar vida en otro lado del universo la otra se cruza de brazos mientras una parte aniquila a la otra. Leí la noticia más o menos pero por desgracia mi nivel político ni cultural no llega a entender exactamente cual es ese problema. Seguí leyendo el periódico y llegue a una noticia que me helo la sangre que hizo levantarme y dejar allí el periódico por la crueldad y por lo injusto que me pareció todo aquello, solo espero que estés donde estés en el reino de Dios o en el de Ala, estés en un sitio donde las bombas y el odio ya no existan y por fin puedan estar tranquila donde los hombres no se miden ni por raza ni por religión, donde no hay fronteras ni en la tierra ni en el corazón. Solo espero Christine que estés en un mundo mejor.


P.D

A Continuación os pego la noticia sacada del ABC del 16 de enero de 2009
Morir de miedo a los 14 años
Fuente: Periódico ABC - España
El estruendo de la artillería israelí acercándose cada vez más a su barrio pobre de Al Remal, ahogado bajo las bombas por séptimo día consecutivo, fue demasiado para Christine. Tenía 14 años, era estudiante de décimo grado e hija de un doctor. «Murió de miedo. Desde que comenzó la guerra sintió el peligro, sufrió desórdenes neuróticos e histeria como tantos otros niños... Cuando los F-16 volvieron a disparar sus misiles aquel viernes, cayó al suelo aterrorizada por las explosiones. Su padre intentó ayudarla, pero no pudo. La tomó en sus brazos para intentar reanimarla en el hospital, pero murió antes de llegar». Quien lo cuenta es el sacerdote al frente de la Iglesia del Patriarcado Latino de Gaza, Manawei Mussallam, íntimamente vinculado a la pequeña comunidad cristiana ortodoxa a la que pertenece la familia de Christine, a quien no se pudo enterrar hasta cinco días después por la locura odiosa de la guerra. Era 7 de enero. Día de Navidad para los suyos.
Otra generación perdida
El diagnóstico forense de Christine habla de un ataque al corazón. Su pánico insuperable habla de la pérdida terrible de otra generación de niños gazatíes, que se consumen presa del pánico a morir asesinados mientras duermen, o de camino al colegio, confundidos en inmensos desórdenes psicológicos después de ver a sus padres impotentes e incapaces de proporcionarles alimento, abrigo y seguridad.
Ya no hay nada que hacer por los más de 300 menores que han caído en la franja desde el 27 de diciembre, con alrededor de 1.500 heridos. La tragedia son los pequeños que todavía están vivos y su sufrimiento espantoso: «El 36 por ciento de los niños de entre 8 y 12 años, y el 17 de las niñas, desean morir en los ataques del Ejército de Israel». Son datos del Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza, que dirige con tesón incansable el doctor Eyad al-Sarraj desde hace más de 17 años, durante los que ha podido documentar cómo las graves secuelas mentales acaban arrojándoles a los brazos de los grupos armados en la edad adulta. «Un niño expuesto a tanta violencia se convierte en violento», ratifica el director del hospital psiquiátrico de Gaza, Aish Samur.
Las secuelas del terror
Los niños de Gaza dibujan tanques, puestos militares, se comen las uñas, tienen pesadillas, dolores de causa desconocida, llantos y episodios de introversión. Un 47 por ciento sufren traumas psicológicos sin que sus familias se den cuenta. El 30 por ciento de ellos se niegan a dormir solos y arrastran severa incontinencia urinaria. La operación «Invierno caliente», lanzada por Israel en mayo, aumentó un tercio el número de pacientes infantiles en los servicios de psiquiatría, donde tratan de limpiar sus mentes de las escenas de muerte, funerales, casas derrumbadas, bulldozer arrancando árboles...
La foto de Christine, contraída y amortajada, en los periódicos árabes de Israel ha sacudido conciencias, aunque nunca las suficientes. En el diario «Al Quds», Sam Bahour escribía: «Nunca te conocí, y sin embargo te quiero como a mi hija de tu edad. Viviste 14 años en miedo permanente... perdón por que ni yo, ni el mundo, actuamos con suficiente diligencia como para darte una vida normal, una vida digna».

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