Según lo que llevo estudiado y cito de memoria, el corazón
es un musculo involuntario de fibra estriada que forma parte del aparato circulatorio.
Según mis apuntes y sigo citando de
memoria es un musculo hueco dividido en cuatro partes dos aurículas superiores
y dos ventrílocuos inferiores y a su vez separa en izquierda y derecha al corazón
por una estructura llamada septo o tabique.
También se que la primera vez que late el corazón lo hace a 220
pulsaciones por minuto. Podría seguir
contando más cosas del corazón que viene en los apuntes, pero ahora diré algo
que no sé si me lo preguntan en el examen de febrero si me lo darán por valido
o no. Pero si yo tuviera que añadir algo de mi corazón y del de mucha gente que
conozco es que a pesar de que se acelera y parece que se va a salir cuando nos
enamoramos de que avécese se lo entregamos a gente que
juegan con él, que te lo parten y hacen añicos o a que hay gente que se ríe del él o incluso
que lo patean o juegan con él. Y a pesar de entregarlo a veces te duele tanto que parece que se va a
romper como un frágil cristal a pesar de todo eso en noches como esta sigue
latiendo así que yo añadiría que hay pocas tan nobles y tan duras como un corazón.
martes, 29 de noviembre de 2011
sábado, 26 de noviembre de 2011
El rincón de insomnio

martes, 22 de noviembre de 2011
Quiero ser luna

jueves, 17 de noviembre de 2011
Yo te di mi corazón
Que yo le di mi corazón, y si ella quiso partilo en pedazos, al fin y al cabo, mi corazón le pertenecía a ella y no a mí.Por eso, ¿rencor?, yo no te guardo
martes, 15 de noviembre de 2011
Essere
Eres como un gol en un derbi con avalancha incluida que te
arrastra hacia abajo entre la alegría y el grito atronador de gol, eres un hola sin adiós.
Te pareces a un día de lluvia cuando tienes ocho años y sales corriendo bajo el
agua con tus botas de agua para meterte en los charcos y con el impermeable del
pato Donald y te sientes invencible porque no te mojas. Tu alegría es como la
de un viernes a las dos de la tarde cuando suena la sirena que anuncia que el
fin de semana ha empezado y todavía queda una eternidad para que suene a las
nueve de la mañana un lunes. Porque eres como un sobre de estampas de futbol
donde no toca ningún repetida, eres eso la que salva por ti y por todos tus
compañeros por ti primero jugando al esconder.
viernes, 11 de noviembre de 2011
En la estación
Me dijo el otro día mi amigo José, que era mejor no
esperar nada que por eso a veces después de un día que podíamos calificar de
bueno. Como puede ser ir a trabajar, después ir a clase y más tarde al gimnasio
o lo que es lo mismo salir de tu casa a las siete de la mañana y volver a tu
casa a las nueve de la noche, comes, te duchas y cierras las puertas de tu
cuarto. Y te invade unas terribles ganas de llorar. Quizás eso pase porque a
veces tengo la estúpida sensación de que va a pasar algo. Como cuando estas
esperando el autobús o el tren un día de esos que llegas tarde y ves uno acercarse y te levantas del banco y
resulta que tampoco es tu tren ni tu autobús. Y te vuelves a sentar cabizbajo
mirando la hora desesperado.
Y en
esta noche fría, mientras vuelvo a revisar mi billete ya arrugado y mojado de
sudor y de alguna otra lagrima. Me siento en el suelo con la cabeza apoyada en
una columna de mármol. Mientras recuerdo
a compañeros de viaje que se bajaron en otras estaciones o en los trenes que me
baje yo, porque ese tren no me llevaba a ningún sitio. Y miro desesperado como
otros llegan a sus destinos o cogen el tren que han llevado esperando tanto
tiempo. Yo en cambio solo he conseguido hacer trasbordos que ni siquiera sé si
me dejaron más cerca o mas lejos de mi destino.
Mientras tanto aquí sigo esperando, mirando sin
parar el billete del tren y la vía en silencio y a oscuras y mientras espero me
desespero y empiezo a dudar si vendrá algún día el tren si me equivoque al
hacer trasbordo si me equivocado de arcén o simplemente ya he llegado a mi
destino y no me dado cuenta.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Por el camino recto.

P.D
Hay veces que es mejor dejarse de prosas de buscar palabras y
tirar por el camino mas recto.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Aida
Hace ya casi un año que te conocí,
en aquella planta de hospital. Sabes te podías haber llamado de cualquier forma
pero te llamabas Aida. Y bueno allí estaba yo haciendo migas con otra Aida esta
vez de ocho añitos y un pañuelo en la cabeza.
Antes de entrar en aquella sala la consigna era clara no se podía llorar
delante de los niños porque íbamos animarlos a que se olvidaran de sus males. Y
yo mientras hablaba contigo Aida, tuve que mirar para abajo muchas veces
respirar fuerte para que no se me quebrara la voz. Han pasado muchas tardes
desde aquella tarde de invierno en Sevilla.
Pero a veces me acuerdo de tu voz de tu piel blanquita y de aquel
pañuelo que tenias como una pirata que aborda el mar de la vida. Cuando estaba allí
contigo me sentía estúpido porque tú estaba jugando al escondite con la muerte.
Y me preguntaba que porque a ti. Que por que a lo mejor tu mirada azul algún día
se apagaría, con lo bonita que tu eres, pero bueno yo confió en ti en aquello
que tú me dijiste en tu cama que tú no te ibas a morir porque tu no querías morirte,
porque tenias un traje de flamenco nuevo, que tenias que salir con una varita
en tu hermandad de San Benito, y porque a los patos del parque alguien tiene
que echarle gusanitos. Y porque tú tienes que seguir alumbrando al mundo con
tus dos ojazos azules y ponerte en tu pelito rubio las horquillas de HELLO
KITTY, que te sujetaban aquel pañuelo verde de esperanza. Estés donde estés
gracia por aquella tarde, por haberme
dado una gran lección.
jueves, 3 de noviembre de 2011
Gracias
Me pregunto a veces, si mis palabras
la leerá alguien, o son como gritos en medio de la nada que nadie escucha.
Escribo con la esperanza con la idea quizás absurda que alguien lea lo que
escribo y se sienta identificado y piense esto es lo que me pasa. Como cuando
yo en el google escribía la palabra desamor y entraba en todos los blog que me salían.
Y me tranquilizaba o quizás lloraba más aun. Y entre tanta soledad y tanto
dolor me sentía un poco mas comprendido.
A ti que estás leyendo esto en este momento quiero darte las gracias,
por ponerle voz a mis letras, por parar un momento y leer mi blog. Por dejarme
que te cuente mis miedos, mi dolor, mis sueños y mis alegrías. A ti sea quien
seas y estés donde estas muchas gracias, por asomarte a este pequeño rincón que
no deja de ser un anexo de mi alma. Lo dicho muchas gracias no por tu visita si
no por dejarme compartir mi blog contigo.
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