Y
allí estaba la salada claridad la cuna de la libertad, la niña Gades la
de los tres mil años, dándome besitos de platas, abrazándome tan fuerte llenándome
el alma de su alegría de su gente, susurrándome al oído que por mas cosa que
nos pasen, nunca nada ni nadie me podrá arrebatar de su lado.
Contra viento y marea
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Dos polos opuestos con roces innegables que siguen luchando juntos por unas
mismas creencias. Condenados a entenderse a ratos, a arañar con respuestas
y ...
Hace 1 mes
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