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lunes, 11 de febrero de 2013

La caja de Taracea


Hacia fría y llovía en esa oscura noche en Estocolmo, llevaba allí mas de medio año desde que la beca Erasmus la mando hacia allí apartándola de Granada. La verdad que no le había costado nada aclimatarse al cambio a pesar de que Estocolmo era cuatro veces mas grande que Granada, que no conocía el idioma ni nada de Suecia que no fuera el Ikea y que habían ganado el ultimo Eurovisión. Bueno no era lo único que conocía pero si lo que todo el mundo antes de marcharse le repetía hasta la saciedad. Esta tarde lluviosa y fría decidió de quedarse en casa pasando apuntes y estudiando mientras sus compañeras de piso tomaban café en cualquier calle del centro de la capital sueca. Bueno o eso debería de estar haciendo, pero la verdad que a lo máximo que llego fue abrir los libros, el cuaderno y un Pilot de color negro. Mientras pensaba en las razones que la empujo a coger aquella beca, porque se asfixiaba en aquella ciudad donde su relación con sus padres no era la mejor ni con sus amigas y no conseguía superar aquel varapalo que se llevo con aquel chico con el que se llevo cuatro años. Entro un momento a su cuarto para ponerse algo mas de abrigo y se quedo mirando aquella caja de taracea que le regalo su abuela para que tuviera algo de Granada, tampoco era ella muy patriota respecto a su ciudad ni nada de eso huía de los tópicos siempre. Ese fue otro de los motivos por el que no le costo marcharse de Granada. Pero bueno allí se quedo mirando aquella caja de taracea esa caja que tenia vacía y que sus amigas estaban antojadas todas de ella. En un momento la abrió y empezó a sonar los compases de Granada tierra soñada por mi ……… y de golpe sus ojos se llenaron de lagrimas por un momento volvió de la mano de su madre a una tarde de cruces allá por San Cristóbal, a sentir el dolor de pies después de una noche de marcha en Granada 10, a sentir los nervios de la noche de antes de subir a la sierra con sus primos y con sus padres a tener la necesidad de llamar a alguna amiga en una noche de verano para ir al paseo de los tristes….. Nunca una caja vacía estuvo llena de tantas cosas. 

2 comentarios:

  1. Nunca puede estar vacía una caja que se llena de Granada...

    Un abrazo, y feliz cuaresma...Te voy a echar de menos en la Perla)

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