Tu no te preocupes me decías mirándome, mientras yo
miraba al suelo, no te preocupes me repetías que seguro que encuentras alguien
mejor que yo, que dentro de poco conocerás a alguien en la facultad y ya te
olvidaras de esta tonta, que te ponía sus estúpidas canciones en tu coche, que elegía
siempre las películas más ñoñas en el cine y que se apoderaba del paquete de
palomitas. No llores vale que seguro que pronto muy pronto te olvidaras de mí y
te reirás de lo tonta que yo soy.
Mírame seguías hablándome quien me va a querer a mí,
donde voy a conocer a gente si no tengo amigos ni salgo ni nada.
Sabes de ese día que era mes de mayo paso a ser invierno,
paseaba por la ciudad como si fuera un zombis de los que salían en The Walking
Dead, intentaba no pasear por los sitios que me gritaban tu nombre y a cada
rasguño que me hacían tus recuerdos intentaba hacerle un torniquete. De vez en
cuando te mandaba un mensaje para preguntarte como estabas porque yo quería que
tu estuvieses bien y siempre me decías que te alegrabas de saber de mí, que habías
ahorrado y que te ibas de viaje que querías irte sola, pensar, desconectar
poner en orden tu vida.
Un día de Julio por el aburrimiento puse tu nombre en
Facebook hacia que no entraba en tu perfil desde aquel día, y te vi en una foto
besándote con un chico… y sabes me sentí como aquel partido que fuimos a ver y
Messi nos metidos un gol en el primer minuto. Mi alma empezó a sangrarme por
los ojos, la soledad me dio un abrazo de esos fríos que da solo da ella, y mi
garganta intentaba escupir el corazón por la boca.
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