Fue una noche en Sevilla, fue un día 15 en Sevilla, era
Julio y era verano... estábamos tu y yo, tu que me pedías por favor que no me
fuera a mi casa que me quedara contigo a dormir esa noche que no me fuera por favor.
Y aquella noche de Julio fue la primera vez que dormir a
tu lado, bueno dormir yo no pude dormir me pase toda la noche mirando tu cara,
acariciando tus manos mientras dormías… como pretende nadie que durmiera si
estabas allí delante de mí. Y mientras el alba le volvía a ganar otra batalla a
la oscuridad hasta vestir a Sevilla de cielo azul y te despertaste, me miraste,
me sonreíste y me besaste para que mi corazón volviera a entrar en erupción…
Nos vestimos mientras me preguntabas como había dormido y
me acompañaste hasta el coche…
Todo era tan azul, tan perfecto que parecía un sueño le di
las gracias a Dios, a Eros, a Cupido o a quien tuvo la genial idea de que
nuestras vidas se cruzaran.
Pero cuando llegue a mi casa mis ojos sin saber porque se
llenaron de lágrimas y el dolor me doblo las rodillas hasta tirarme al suelo.
Y en ese momento comprendí que algún día escribiría esto.
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