Creo que todos hemos tenido un amor
secreto, un compañero de clase o de academia o de bloque. Y hacíamos lo posible
para que cuando esa persona pasara por nuestro portal o por nuestra calle o
plaza. Estar nosotros en primera fila con la escusa de bajar a mirar el buzón o
ir al quiosco a comprar chicles o cualquier cosa o estar asomado por la ventana. Y cuando llegaba el momento exacto el reloj
de la espera se partía en mil pedazos. Aparecía esa persona y todo se detenía
por momentos una extraña felicidad te invadía y ya el día había merecido la
pena. Aunque no se percataran de nuestra
existencia jamás pero tú lo veías y eras feliz. Ya podías volver a subir hacer
los deberes o ir a jugar a fútbol o a la consola. Pero había días que esa
persona no pasaba y bajabas mil veces al portal te asomabas mil veces a la
ventana. Y una extraña tristeza te recorría
junto con una sensación de vacio, la
misma con la que escribo esta nueva entrada de blog. Porque anoche no te vi
Y no existir si no me miras Tú. Ismael Serrano- Ya ves
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