Todavía te veo en el portal de tu
abuelo, donde todavía eres una niña con tu piel color canela, tu pelo en un
moño recogió, tus ojos verdes, tu lunar pintado en la cara y todo el arte del polígono
sur en tus venas. Las noches de verano
con el fresquito salías a la calle con tus zapatos y vestida de negro. Entre bulerías
y soleares te mecías y no sabíamos si la música sonaba para que tu bailaras, o
eras tú la que como la directora de una orquesta marcaba los compases de la
guitarra. Y cada noche en aquel portal
Pastora compartía su sueño con nosotros y la veíamos tan grandes cuando
apretaba sus manos y amasaba el aire y derrepente se quedaba quieta y paraba el
aire con sus manos y ahora que paso el tiempo espero que tu sueño se cumpliera,
y que con tu alma flamenca estés llenando teatros de tu arte, como hacías con aquellos niños que
te mirábamos con la boca abierta y la piel de gallina porque sabían que estaban delante de un prodigio que con sus manos y con su cuerpo paria flamenco.
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