
Yo una vez vi a la perla negra
surcando los mares, había leído muchas veces sobre ella y sobre su leyenda. Pero
una mañana de domingo me cruce con ella mientras surcaba la plaza de Trinidad
si no recuerdo mal. Me llamo la atención como la cuidaban y mimaban sus
piratas. Un día me entere que aquellos piratas perdieron a su perla negra y la
tristeza y el dolor los embargaba tanto que cuando ella surcaba los mares,
juran lo más viejos del lugar muchos piratas lloraban como si la mujer de su
vida estuviera paseando de la mano de otro.
Con el tiempo tuve la suerte y el honor de conocer a muchos de aquellos
enamorados de la perla negra y aunque
nunca salió el tema sabía que ese dolor estaba ahí dentro. Por cosas de la vida
o quien sabe porque este año si ella quiere, aquellos bucaneros volverán a su
perla negra, de donde quizás nunca tuvieron que salir o a veces sí. Quien sabe
amigos si fue una prueba de aquella que cuenta la leyenda que navegando llego a
Roma para que el representante de Dios en la tierra se postrara hacia ella. Y
yo que tantas cosas leí de aquel navío pirata hace poco fui llamado para
embarcar con ellos y cuando me dieron la noticia empecé a sentirla dentro de mi
aquella emoción y es tan bonito sentirla dentro, que ya sueño navegar contigo
cuando el reloj de los escolapios marque la hora de después de la de Vísperas.
Y sin revanchismos y sin nada que demostrar a nadie, la perla negra con sus
piratas vuelva a navegar una tarde de viernes y yo diré aquello de que yo estaba allí que a mí
no me lo contaron. Larga vida a la perla negra y a su tripulación.
Lo que la Perla Negra representa... es la libertad-
Capitán Sparrow
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