
Esta entrada no habla de mí en concreto ni de ti, ni de ti. Habla
del dolor. Ese dolor que intentas
disimular cada día, que te espera en el último giro de la llave al entrar en
casa, del dolor que se vuelve más dolor cuando no tienes quien te escuche
cuando tus amigos le quitan importancia a tu dolor. Esta entrada se la quiero
dedicas a todos aquellos que perdieron una vez en el amor a los que siguen
perdiendo y a los que algún día perderán por goleada y un Tsunami arrasara con
su corazón, con su alma y con su vida quitándole todo menos litros y litros de
lagrimas. Un dolor dispuesto aparecer en
el momento más inesperado vuelven a brotar
en medio de un partido de futbol, al cruzar una calle al ponerte los zapatos de tacón al cerrar la floristería
o mientras en el gimnasio hace pres de banca pero hay esta ese dolor el mismo que
el primer día aunque hayan pasado años. Es
injusto quien llore quien no lo merece pero así es la vida por eso estamos hablando de vida no de justicia. Y si lo piensas eso fue lo primero que hiciste al nacer llorar.
Que pasen pronto los días, que los costales que se guardaron hace dos años, ansían volver a servirla ese Viernes Santo de renovadas vivencias...
ResponderEliminarUn abrazo desde Granada